No estoy agusto conmigo misma, ultimamente es como si me adentrara en un camino de penumbras que tiene entrada pero no un final. Todo lo que me rodea es la mas pura oscuridad, y mire a donde mire no se ve ningún rayo de sol, ni siquiera un efímero reflejo de este.
Puedo dejar ver muchas caretas, cada día una distinta y más fuerte, pero la verdad siempre está ahí, aunque duela. Y la verdad es que la sombra de la tristeza se queda en la mirada por muchas máscaras que tu puedas anteponer a los demás. Quizá en verdad si que sea distinta a todos, especial a mi manera, soy la que mejor deja caer sus sonrisas cuando realmente lo que están por salir son lágrimas.
No quiero derrumbarme, no me lo permito, y esto es una contradicción porque vivo meciendome entre mis penas, compadeciendome de mi misma y solo sintiendo a través de los demás.
El problema no es el mundo, soy yo contra él y nadie más. Soy yo la que no está preparada para ser feliz, no tu para hacerme feliz. Es mío el problema. Tengo tanto miedo... Pero no puedo cambiar lo que soy, tampoco quiero intentarlo, vivo en la dulce cárcel de la comodidad. Seguiré siendo desconfiada, necesitando que me especifiques cada uno de tus pasos, agobiandote y anteponiendo mis celos a todo lo demás; continuaré sufriendo por las mismas cosas, ahogandome un vaso de agua, haciendo de una pequeña contrariedad un mundo. Y no, no voy a evitarlo, ni intentaré cambiarlo ni podré hacerlo. Porque así es como soy y no te voy a pedir que lo aceptes, tampoco lo espero, pero no te quedes, ni por un tiempo, ni un minuto más... alejate ahora que tienes la oportunidad, corre, vete lejos y no vuelvas, yo no estaré esperando.
Dejo la carrera, lo siento, seguiré haciendo dieta pero no tengo tiempo de apuntar reportes. Me moriré de hambre, pero seré todo aquello que ansío ser. Continúo sin pesarme, espero llevarme una sorpresa. Estoy constipada a más no poder, asi que como no saboreo la comida, casi no comeré. Gracias a todas princesas por ser como sois. Un beso lindas.
